09 marzo, 2008

Y FUNCIONO LA PAZ......


El Comercio"

La paz en marcha. ¿Todo culminará con felicidad el 17, en la OEA? Creemos que sí.

Por Jorge Ribadeneira Araujo

Santo Domingo hizo un pequeño milagro y, gracias a ello, la vigésima Cumbre de Río brilló más que las 19 anteriores y más, igualmente, que aquella Cumbre Iberoamericana que pasó a la historia con el sugestivo nombre de “por qué no te callas”.

La Cumbre dominicana del último San Viernes se perfiló con el nombre “La bronca del año” y no fue así. Al contrario, pasó a ser –sorpresiva y gratamente- la “Cumbre de la paz” regional luego de una sesión singular, con rabias, protestas e insultos trastrocados en apretones de manos y uno que otro abrazo.

Todo comenzó con las palabras de los actores estelares. El problema estaba allí. El presidente Correa con ira, con emoción, con adjetivos y calificativos, denunciando una lesión gravísima a la soberanía del país. Trasladando al campo internacional su estilo nacional. Convertido en astro del día y fustigando las mentiras y falacias de su adversario.

El presidente Uribe con frialdad y cálculo, aceptando la culpa y pidiendo perdón, pero señalando la presunta amistad del otro con los terroristas y bandidos de la guerrilla. Un ataque impetuoso, juvenil, rudo versus una defensa y un contraataque cuidadosamente organizados. Final de la primera vuelta.

De pronto, una sorpresa. Cuando los espectadores comentaban que “ahora sí, se jodió todo” habló el Coronel. Comenzó con anécdotas y, de pronto, bajó la calentura del ambiente dominicano al entonar una estrofa de música popular. Luego, llamó a la tranquilidad, mandó apenas un codazo “a los gringos” y Chávez se despidió –caso insólito- con un llamamiento a la paz y cumpliendo con su promesa de –por esta vez- hablar poco y bien. El tercero de la pelea, el presidente Ortega, fue el menos brillante de la jornada, pero muy espontáneo. Cuando vio que en el recinto volaba la paloma de la paz, se puso feliz, como diciendo “me salvé”. Claro, porque en Nicaragua no entendían su ruptura de relaciones con Colombia.

El final fue único. El presidente de turno, Leonel Fernández, captó vivazmente que los tres actores –Correa, Uribe y Ortega- se habían desfogado. Percibió que la vigésima Cumbre era otro milagro de Santo Domingo, al celebrarse en la fecha más oportuna de su historia, e invitó alevemente para rendir homenaje a la paz. Uribe, Chávez y Ortega no dudaron en aceptar la invitación con entusiasmo. Bravo. El encuentro para la paz entre Ecuador y Colombia fue más seco y difícil. El viejo zorro Uribe, naturalmente, tomó la iniciativa y encontró a Correa todavía con cara de boxeador. Pero el ‘paisa’ no tiene mucha sangre en la cara y hubo el estrechón de manos. Estalló un gran aplauso y la CNN se dedicó todo el resto del día a repetir las escenas.

¿Qué viene después? ¿Se cumplirá, talvez, la entrega –gestionada por Ecuador- de Ingrid Betancourt y otros 10 secuestrados? Esperemos. Todo puede suceder en estos tiempos de milagros. Eso explicaría el humor del Coronel y sentaría bien para que mejore el genio de nuestro Presidente. Si todo se llega a cumplir y cultiva sus virtudes –tapando algunos defectos- hasta pudiera convertirse en el Gran Jefe superactivo, mesurado y aplicado que anhela el Ecuador.
DE ÚLTIMA HORA
16:31

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